Quiénes somos
Para que puedas conocernos un poco más, queremos compartir con vos una nota que le hizo el diario “El Independiente” de Carmen de Areco a Roberto Dibernardi, publicada el 14 de mayo de 2005.
Roberto Omar Dibernardi hace muchos años que trabaja de manera independiente, más de un cuarto de siglo (aunque suene mucho). Ya pasaron veinticinco años cuando jovencito comprara aquel Gordini, auto que le sirvió para hacer sus primeras comisiones cuando trabajaba como técnico electrónico, reparando televisores, radios y se ocupaba también de la compra de insumos en Buenos Aires.
Después de recibirse en la “nocturna”, como se llamaba antes a la escuela de horario vespertino, y una vez obtenido su carnet de conductor que lo habilitaba para viajar, comenzó a dedicarse de lleno a esta actividad, anexando también la compra de repuestos para automóviles y transportes y demás trámites, mientras compartía el hogar, como único hijo, de doña Yolanda Beltrán, una prolija modista, y de don Vicente Dibernardi, un gran albañil.
Años después, supo desempeñarse un buen tiempo en la industria textil, brindando su servicio a los talleres de costura de las familias Mansilla, Guillermin, Landejuela, Segovia, García, algunas de las cuales para las que aún trabaja. Con el dinero que por entonces pudo ahorrar compró su segundo auto, un Peugeot, con el que continuó haciendo comisiones. Luego, como la demanda era mayor, adquirió un Dodge 67 “con caja de madera para transporte de carga, que alcanzaba a cubrir con una lona o nylon, no me daba para más” – recordaba el entrevistado. “Muchos vecinos me pedían que los lleve, sabían que viajaba con paquetes” y explica que aquella necesidad de la gente fue el disparador que de alguna manera lo motivó a decidirse por el transporte de pasajeros. Fue en el año 1994 que empezó en el rubro, justamente cuando hacía poco tiempo, en 1993, había dejado de correr el tren Urquiza hacia Buenos Aires. “Era una noche de carnaval y un matrimonio fue uno de mis primeros pasajeros, el que hoy sigue viajando” – rememora Rober sobre aquel histórico viaje hasta el barrio de Once, en su clásica parada habitual frente al Abasto en la camioneta Ducado, cuya habilitación definitiva la tuvo hacia fines de ese año, “porque la comisión de transporte no estaba firme como ahora ni se regulaba tanto” –dice el protagonista. En esa época se viajaba lunes, miércoles y viernes, pero la demanda fue creciendo hasta el día de hoy, donde es diario el servicio de Carmen hacia Capital y viceversa, lo que le permite contar en la actualidad con una flota de cinco móviles, más el furgón de carga.
Para que este emprendimiento siga siendo una realidad, comparte algunos secretos para mantenerse. Los define y en este orden: “Creo que es el cumplimiento, llegar a horario, la responsabilidad, no fallar” y entre sus características personales dice que se aprende mucho “a conocer a la gente y tener buen humor ante los problemas”. Sobre la experiencia adquirida agrega que le ha servido para ir modificando ciertas cosas. “Antes obsequiaba café, caramelos y demás, pero por algunos que cometían excesos, dejé de hacerlo”, pero él sigue cumpliendo con normas claras. “Cuando llego a horario si no están listos, los dejo” – refiriéndose a los pasajeros que lo hacen demorar – “no por mala voluntad” asegura “sino por una cuestión de respeto hacia quienes sí lo cumplen”. Cuenta que está atento a las quejas, trata de corregirlas y no deja de nombrar a quienes trabajan junto a él para que esto sea posible: su madre Yolanda, los choferes, las secretarias y por supuesto sus hijos Gastón, instalado en Buenos Aires, quien diariamente trabaja con traslados para el Colegio de Abogados, entre otros trayectos y Patricia, la mamá de las más pequeñitas de la casa, sus nietas Leila de dos años y Naiara de cuatro meses, quienes se alegran cuando ven regresar a Roberto y él disfruta jugando con ellas, en el poco tiempo que le queda libre. Otro de sus hobbys reconocidos es el canto y su gusto por el folklore, ya que años atrás era habitual verlo interpretar con su voz característica y su repertorio popular en distintos escenarios y en cada fiesta del pueblo, como solista, acompañado por Julio Velásquez, Mario Cornejo o Marito Nápoli. También hizo su paso por Los del Carmen, incluso en una oportunidad decidió bautizarse con el nombre artistico de Omar Beltrán (su segundo nombre y el apellido materno), pero por compromisos laborales no pudo dedicarse más. Ahora, transcurrido el tiempo, decide retornar y volver un poco a las fuentes, comenta Dibernardi sin perder el entusiasmo, pues desde hace unos meses y a los cuarenta y cinco años, empezó a tomar clases en la Escuela de Canto Argentino, en el barrio de Palermo, de Buenos Aires “para seguir aprendiendo” – dice quien, este último 26 de septiembre se lo vio actuar en la fiesta aniversario, “como para despuntar el vicio” se ocupa de aclarar, porque su prioridad es no descuidar el manejo de su empresa porque también ofrece viajes alternativos, hace comisiones, mudanzas, informa el entrevistado, quien no deja de pensar en proyectos relacionados con el rubro, los que harán que Roberdibe en el futuro próximo sea más que una línea de transportes.
Hoy en día Roberdibe es una sociedad anónima que cuenta con más de 10 vehículos de flota propia. Estos últimos años amplió sus fronteras y agregó nuevas rutas en la zona Oeste del Gran Buenos Aires. Continúa siendo una empresa familiar, a la que se le suman cada vez más colaboradores. Roberto sigue cantando en peñas y fiestas populares; su última presentación fue en la Fiesta del Pastel 2010, en Gouin, lo que le valió un diploma como reconocimiento. Hace poco más de un año la empresa inauguró el hotel “Isis” en Carmen de Areco, haciendo realidad lo que el diario vaticina hacia el final de la nota.
El compromiso con el trabajo y la buena atención de todos sus colaboradores distinguen a esta empresa, haciendo que sus clientes elijan viajar con Roberdibe S.A. todos los días.
Estamos sistematizando las operaciones de tráfico, llegando al pasajero frecuente con disponibilidad de la información para facilitarle sus cambios y evitar una comunicación deficiente, muchas veces por congestión en las líneas telefónicas.
Estimamos incrementar un mayor nivel de calidad en el servicio, acercardonos más al pasajero para entender mejor sus necesidades y satisfacerlas.
Estamos integrando tecnológicamente las distintas actividades de nuestro personal para optimizar nuestro servicio y brindarle el nivel de satisfacción que Ud., requiere.
Nuestro fuerte es el servicio de traslado de pasajeros, nos complementamos tecnológicamente con Prosyde S.A., y nos permitimos solicitarle a Ud., que sea parte del proceso utilizando nuestras herramientas para gestionar sus reservas y hacernos llegar sus comentarios a fin de mejorar día a día, porque es posible.